Charly Garcia

Charly Garcia

Himno Nacional Argentino
Himno Nacional Argentino 
Letra: Vicente López y Planes 
Música: Blas Parera 
(Transporte en I)    


Versión reducida que se canta habitualmente: 

A A A 
E E E E A 
B A D A E D A E E7 
A A A E E E A A E E A A D E A 
D E A D E A 
A A A A 

          A          E       A 
 Oíd, mortales, el grito sagrado: 
  A7    D         E   E7    A 
 ¡libertad, libertad, libertad! 
          A      B7       E    E7 
 Oíd el ruido de rotas cadenas, 
          D        B7          E  E7 
 ved en trono a la noble igualdad. 
        Am      Dm         F E 
 Ya su trono dignísimo abrieron 
  E7     Am Am/G   F B7       E  E7 
 las provin-cias uni-das del sud, 
       Am          E        Am 
 y los libres del mundo responden: 
          Am          E     Am 
 al gran pueblo argentino salud, 
Am/G       F         B7      E  E7 
 al gran pueblo argentino salud. 
        A         F#m       Bm    Dm 
 Y los libres del mundo responden: 
           A          E      A 
 al gran pueblo argentino salud. 

E E A A E E A A A 
A E A D E A A 

        A             A 
 SEAN ETERNOS LOS LAURELES 
        A           A 
 QUE SUPIMOS CONSEGUIR, 
        D     B7    E  E7 
 QUE SUPIMOS CONSEGUIR... 
     F#m       Bm       A  B7  E 
 CORONADOS DE GLORIA VIVA-AAAA-AMOS, 
      A          E     A 
 O JUREMOS CON GLORIA MORIR. 
 D    A          E     A 
 O JUREMOS CON GLORIA MORIR. 
 D    A          E     A 
 O JUREMOS CON GLORIA MORIR. 

A A A A 


Versión completa: 

 Oíd, mortales, el grito sagrado: 
 ¡libertad, libertad, libertad! 
 Oíd el ruido de rotas cadenas, 
 ved en trono a la noble igualdad. 
 Se levanta a la faz de la tierra 
 una nueva y gloriosa nación, 
 coronada su sien de laureles, 
 y a sus plantas rendido un león. 

 SEAN ETERNOS LOS LAURELES 
 QUE SUPIMOS CONSEGUIR, 
 CORONADOS DE GLORIA VIVAMOS, 
 O JUREMOS CON GLORIA MORIR. 

 De los nuevos campeones los rostros 
 Marte mismo parece animar, 
 la grandeza se anida en sus pechos, 
 a su marcha todo hacen temblar. 
 Se conmueven del inca las tumbas 
 y en sus huesos revive el ardor, 
 lo que ve renovando a sus hijos 
 de la patria el antiguo esplendor. 

 SEAN ETERNOS LOS LAURELES... 

 Pero sierras y muros se sienten 
 retumbar con horrible fragor, 
 todo el país se conturba por gritos 
 de venganza, de guerra y furor. 
 En los fieros tiranos la envidia 
 escupió su pestífera hiel, 
 su estandarte sangriento levantan 
 provocando a la lid más cruel. 

 SEAN ETERNOS LOS LAURELES... 

 ¿No los véis sobre México y Quito 
 arrojarse con saña tenaz? 
 ¿Y cual lloran, bañados en sangre, 
 Potosí, Cochabamba y la Paz? 
 ¿No los veis sobre el triste Caracas 
 luto y llantos, y muerte esparcir? 
 ¿No los veis devorando cual fieras 
 todo pueblo que logran rendir? 

 SEAN ETERNOS LOS LAURELES... 

 A vosotros se atreve, argentinos, 
 el orgullo del vil invasor: 
 vuestros campos ya pisa contando 
 tantas glorias hollar vencedor. 
 Mas los bravos que unidos juraron 
 su feliz libertad sostener 
 a estos tigres sedientos de sangre 
 fuertes pechos sabrán oponer. 

 SEAN ETERNOS LOS LAURELES... 

 El valiente argentino a las armas 
 corre ardiendo con brío y valor, 
 el clarín de la guerra, cual trueno 
 en los campos del sud resonó. 
 Buenos Aires se opone a la frente 
 de los pueblos de la inclita unión, 
 y con brazos robustos desgarran 
 al ibérico altivo león. 

 SEAN ETERNOS LOS LAURELES... 

 San José, San Lorenzo, Suipacha, 
 ambas Piedras, Salta, y Tucumán, 
 la colonia y las mismas murallas 
 del tirano en la banda oriental, 
 son letreros eternos que dicen: 
 aquí el brazo argentino triunfó, 
 aquí el fiero opresor de la Patria 
 su cerviz orgullosa dobló. 

 SEAN ETERNOS LOS LAURELES... 

 La victoria al guerrero argentino 
 con sus alas brillantes cubrió, 
 y azorado a su vista el tirano 
 con infamia a la fuga se dio; 
 sus banderas, sus armas se rinden 
 por trofeos a la libertad, 
 y sobre alas de gloria alza el pueblo 
 trono digno a su gran majestad. 

 SEAN ETERNOS LOS LAURELES... 

 Desde un polo hasta el otro resuena 
 de la fama el sonoro clarín, 
 y de América el nombre enseñando 
 les repite: ¡mortales, oíd! 
 Ya su trono dignísimo abrieron 
 las provincias unidas del sud, 
 y los libres del mundo responden: 
 al gran pueblo argentino salud. 

 SEAN ETERNOS LOS LAURELES...

Enviado por: Raul Abel

Corrigido por: sem correções